DESPERTAR es una cuestión de DIGNIDAD
Despertar es ser consciente de la propia dignidad, el auto respeto que se traduce en la desaparición del miedo a que otros no te valoren, el compararte y el sentirte mejor o peor que los demás.
Se esfuma la necesidad de demostrar tu valía. Te da igual. Tú sabes que vales y que te mereces todo lo mejor, no necesitas que nadie te reconozca o te diga que eres especial, hermoso o maravilloso.
No hay competencia ni luchas por el poder. Medirte por tus éxitos materiales no tiene sentido. No hay búsqueda de "lo mejor". Lo mejor eres tu.
Llamar la atención se acaba, lo de que te "hagan caso" es cosa del pasado. Eres invisible, unos te verán, otros no y a ti te es indiferente.
No te aíslas del "mundo cruel". No te adhieres a ninguna etiqueta o grupo o filosofía, ni siquiera a la de la "vieja espiritualidad". Es sencillo, tu lo eres todo, no necesitas nada ni nadie que te defina.
No hay pena ni por ti mismo ni por nadie, comprendes que la pena es una falsa compasión y que es negativa. Y por supuesto el victimismo se ha transformado en libertad, poder personal y responsabilidad.
Por último, esa necesidad de ser amado, la herida del abandono, esa búsqueda incansable del amor fuera de ti, se evapora.
Seguirán existiendo desafíos pero los recibirás con amor, fuerza, coraje, plenitud y paz interior.
El cielo en la tierra.
Así fue, así es y así será.
TE CONOCES, TE COMPRENDES, TE VALORAS, TE AMAS...
ESTA ES LA ESENCIA, TU ESENCIA.
ESTA ES LA LUZ, TU LUZ.
